La Dentista Vol. 2

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Y bueno, pasé al consultorio de la Dra. y me pidió que tomara asiento en esas sillas especiales en las que practicamente uno está echado. La primera rareza cometida fue sacarme las sandalias... es que yo siempre me saco los zapatos cuando me siento o me echo (sobre todo en verano porque ando con sandalias), y bueno, la dra. tomó con gracia mi expresión de comodidad. (Total, mis pies estaban producidos. Qué tal lisura no? Bueno, hablando de manera justa uno no debe sacarse los zapatos pues, pero fue inconsciente, luego luego me los puse de vuelta. :D). Una vez echada, la dra. me hizo el interrogatorio de ley: a) Qué te trae por aquí? (Chin, chin!) b) Hace cuánto que no vienes? (Chin, chin, chin!) y c) Tienes seguro? (Chin, chin, chin, chin, JACKPOT!!!). Mis respuestas fueron: a) Me voy de viaje y mi mamá dice que tengo que chequearme de la cabeza a los pies antes de irme. b) Uy Dra, creo que estaba en el cole la última vez que fui al dentista y c) Sip, tengo seguro de la clínica (Y obviamente no me va a cubrir todo no?). Lo que siguiente que pasó fue que la doctora me empezó a investigar la boca y me pedía muchas veces que no moviera la lengua... YO NO ESTABA MOVIENDO LA LENGUA (O si? La verdad no sé! O sea... uno se da cuenta de esas cosas? Debe ser inconsciente como lo de los zapatos no?). Y bueno, cuando no me pedía que mantuviera la lengua quieta, me pedía que abriera bien la boca... YO ESTABA ABRIENDO LA BOCA. O no? De qué tamaño tiene uno que abrir la boca para estas cosas? Ni que la doctora te fuera a meter el brazo entero no? O sea... el taladrito que hace Tizzzzzzzzz, el espejito que hace Chick-Chick (cuando choca con los dientes pe) y la manguerita que suena como si al otro extremo tuviera a un chibolo sediento aspirando todo, no son TAN GRANDES como para que uno tenga que abrir la boca como la freaking Rana René (O cualquiera de los freaking muppets)! EN FIN. La doctora me dijo que, para no haber ido al dentista en varias lunas, no tenía caries pero que sí era necesaria una profilaxis de rutina. DALE DOCTORA, PASA TU PLUMERO POR ESTA TU BOCA AMIGA. Y empezó el taladrito que hace Tizzzzzzzzz a sacarme lo que la doctora sindicó como "sarro". Fue ahí donde me di cuenta que mi boca no es de prestancia criaturita. Charming people of the World: Tu Tía Lauris es una puerca de mierda. O sea, la doctora me voló media dentadura...!!! (Es decir que lo que yo POR AÑOS pensé que eran mis dientes, era... bueno, no eran dientes!! Jajaja) Pero que cosa terrible no? En ese momento, me vi en la necesidad casi enajenada de decirle a la doctora que si "eso" que había sacado de mi boca estaba ahí, era porque yo sinceramente pensaba que "eso" era parte de mis dientes!! (O sea, de haber sabido que "eso" no debía estar ahí, me hubiese cepillado con más furia no? O qué crees? Qué voy a tener "eso" en la boca adrede?? AS IF!!).

"Lo que pasa es que el sarro no siempre es amarillo mamita. A veces es del mismo color del diente y no se nota a simple vista", añadió la doctora en tono tranquilizador. "Bueno Doctora, gracias por pasarle el plumero a mi boca. Ahora que ha sacado todo "eso", qué sigue?"

Y nada, eso te lo voy a contar en "La Dentista Vol 3". (Acá tenemos para largo sobrina, no sabes lo que ha sido esta aventura. Stay tunned!).