Flirting for dummies.

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Ayer me fui a tomar un café con las amigas al siempre indicado Café Z. La niña de los zapatitos de punta redonda se pidió un mochaccino porque quería algo "ligerito" (¿?) y la niña de color humilde -pero de prestancia- se pidió un capuccino helado (Igual que mi pedido! Lo que pasa es que, en sus devaneos de púber ansiosa, la niña de color humilde -pero de prestancia- dice que quiere ser como yo cuando sea grande (¿?)). Después de tanta risa con las compañeras... (horas de risa en realidad, porque previo al café habíamos estado juntas viendo tele. Y si, las niñas vemos tele echadas en la cama todas juntas. Y no, las niñas no nos tocamos mutuamente mientras vemos tele. No importa que estemos viendo. Got it?), decidimos to call it for the night. (La Tía Lauris es bien atorrante con sus spanglishadas no? Jajaja. Déjame! Si no soy rubia hablaré como una!!). La niñas de los zapatitos de punta redonda y la niña de color humilde -pero de prestancia- me acompañaron a tomar un taxi de vuelta para mi casa (no voy a reproducir lo que me gritaron cuando subí al auto) y fue así como inició mi travesía para el prestancioso hogar samborjino que me cobija. Por algún motivo el taxi era bajito (algún modelo deportivo tal vez?) y podía darme cuenta de la gente que manejaba los autos vecinos pues la pequeñez de mi ride lo permitía. En ese trance, veo un guapo en una camioneta negra (no sé que camioneta era... yo no sé de carros!) y me dije "Lo voy a mirar" (que audaz la tía lauris no?). Mi estrategia era perfecta, pues lo ví cuando los autos estaban detenidos y, al cambiar las luces, hasta la lengua le podía sacar pues no lo vería nunca jamás. Así que lo miraba con concha, pana y elegancia (Siempre todo con elegancia sobrina, nada de actitudes baratas!). Tanto lo miré al flaco que el otro ya tuvo que mirarme de vuelta. Sorprendiendo a la platea (y a mi misma), le sonreí y el me sonrió (y a este punto me preguntaba yo a qué hora iba a cambiar la luz de mierda!) y bueno, después de miraditas, sonrisitas y rulitos en el pelo, mi petit taxi partió la carrera. Entramos a la vía expresa y la camioneta.... también. Salimos de la vía expresa y entramos a Javier Prado y la camioneta... también. Uy la cagada. Con mi suerte este flaco es mi vecino jeropa que ya creció y ahora si se va a meter una ducha helada con furia y me revienta la pared del cuarto. Finalmente llegó otro semáforo y nos volvimos a encontrar lado a lado. El volvió a sonreir y señalo con el índice hacia el frente como preguntando si esa era mi dirección. Asentí con la cabeza. (Qué te pasa??? Y si es un serial killer??? Ay pero está bonito! Discutían mis personalidades múltiples en ese momento) y él guapo puso cara de penita y señaló la derecha con el otro índice. Me guiñó el ojo y volteó siguiendo su rumbo. Yo simplemente pensé: This is harmless and fun. :)