Me negarás tres veces, dijo el amor.

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Andaba en un taxi dirigiéndome a recoger unos papeles importantes. El taxista que me tocó, al notar el acento extranjero, me hizo la pregunta avispada que te hacen algunos señores conductores: "¿Vino de vacaciones?" (Also Known As "Estoy con ganitas de hacerte dar 23MIL VUELTAS antes de llegar al destino y así hacer que el taximetro avance y avance hasta que, excitadisimo, marque 100 pesos"). "No señor, yo vivo aquí" usando mi mejor cara de "conozco la ciudad" (lo cual es mentira) y "no va a poder engañarme" (lo cual también es mentira). Aparentemente mi cara ensayada me salió bien pues veía como rápidamente avanzabamos por la ciudad. El taxista, como es de esperar, me preguntó qué demonios hago yo en la Argentina. Como siempre me preguntan eso (La pregunta está en 2do lugar de mi top3. En 1er lugar está ¿Por qué no comes carne? y en 3er lugar está ¿Por qué no tienes novio?), tengo preparada una respuesta breve pero llena de información: "Soy Publicitaria y vine a estudiar en La Escuelita. El curso acaba en Diciembre. Si consigo un buen trabajo, me quedo, sino, me devuelvo para mi país". Ante tal speech, el señor me destartala con la siguiente réplica: "Y qué hace si no consigue trabajo pero se enamora de un argentino?". A la defensiva, respondí: "Bueno, yo no he venido a enamorarme a la Argentina señor". Insistente, replicó: "Pero no me ha respondido. Qué hace si se enamora de un argentino. Se queda?". Invadida, balbuceé: "Bueno, si me enamoro de un argentino -que no creo, pues le digo, no es la idea- muy a mi pesar tendría que irme igual, pues si no tengo trabajo, de qué viviría?". Sonriendo, me aconsejó: "Pero vivís del argentino, viste? Que el pibe te mantenga. Mientras, vos conseguí laburo y luego si querés, le pagás lo que te prestó. Que no te lo va a aceptar porque te va a mantener feliz". Indignada, acoté: "BUENO, yo no he estudiado tanto en la vida para aspirar a que me mantenga nadie! Claro, uno nunca debe decir nunca, pero OJALA que no me toque -por voluntad propia- ser mantenida por nadie. A parte, ya le he dicho que yo he venido acá a estudiar, no a enamorarme y buscar que me mantengan, SEÑOR". Carcajeando, vaticinó: "Escucháme lo que te digo: Te vas a enamorar".

Ya de ahí no le dije nada más, pues ya habíamos llegado a destino. Y bueno, quería comentar que, dentro de toda la gente pintoresca que uno se puede cruzar en la vida, más en un país distinto al propio, JAMÁS pensé que me iba a tocar subirme al vehículo de un cab driver/fortune teller. Y bueno, felizmente no me llamo Pedro, pues de que lo negué 3 veces, lo hice. ;)