Los (no) preferidos y (no) lindos también lloran*
Muchas veces uno vive del engaño, el mismo que sin querer empezó como una mentirita y fue creciendo cual bola de nieve -o ya que están de moda los otakus, cual bola de arroz- hasta volverse una inmensa y gelatinosa falsedad de esas que caben en el más grande de los pyrex (Secretito: antes pensaba que pyrex era una palabra fancy para "tazón de vidrio" y luego me enteré que era una marca. Secretito 2: dado que la palabra bol existe -mutación darwiniana del inglés bowl- investigué si el término pírex estaba acuñado y la respuesta fue no. Ah, lo que no hace falta investigar ni comprobar es que soy una desocupada de nivel olímpico y que encuentro espacio para indagar sobre estas cosas).
Tía Lauris: Ah, bueno.
Abuelita: (evidentemente despiertísima) Para que te vas pues hijita.
Larga vida y muchos electrolitos para mi Abuelita Amanda. Es la mejor.
Ah, y a mis rivales les digo: WATCH OUT.
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(*) El título fue sometido a cirugía plástica en homenaje a la emblemática novela de los '80 que protagonizara la también sometida Verónica Castro.
Pero sigamos con el engaño que nos tiene aquí reunidos y del que ayer por la mañana nos libramos de un solo tirón, como si de un episodio de cera caliente vs. pierna peluda se hubiese tratado: resulta que yo no soy la favorita de mi abuelita Amanda. O sea, resulta que YO, Laurita Victoria, NO SOY bajo ninguna circunstancia y sobre todo mito LA FAVORITA de la mamá de la Mamita Olga. ¿Cómo es esto posible? ¿En qué momento se cortó la cadena de frío y simplemente me pudrí? Lo peor de todo es que mi muy sabia abuelita se encargó de sacarme el yeso de los ojos (convengamos que si en 28 años no se me cayó "la venda", claramente tenía yo los ojos enyesados, fracturados desde la esclerótica hasta la córnea. Y sí, ¡todavía me acuerdo de algunas de las partes del ojo! ¿y saben qué otra cosa no me olvido? Que la Miss -ay, la Miss- que enseñó todo esto en el cole siempre usaba un chompón amarillo chillón. Tal vez -con fines académicos- estaba tratando de hacer trabajar a la retina ¿qué sabe uno?).
Ocurrió así:
Clínica Javier Prado, ante-meridiano. La tía Lauris visita a su abuelita preferida a quién le están haciendo un chequeo de rutina. La abuelita preferida está dormida.
Tía Lauris: (susurrando) Abuelitaaaaa... ya llegó tu nietecita preferidaaaa...
Abuelita: (aparentemente no tan dormida) ¿Giselita?
Tía Lauris: (WTF?) Ehm... abuelitaaaa... ya llegó tu nietecita la más bonitaaaa...
Abuelita: (claramente no tan dormida) ¿Lucía?Tía Lauris: Ah, bueno.
Abuelita: (evidentemente despiertísima) Para que te vas pues hijita.
Larga vida y muchos electrolitos para mi Abuelita Amanda. Es la mejor.
Ah, y a mis rivales les digo: WATCH OUT.
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(*) El título fue sometido a cirugía plástica en homenaje a la emblemática novela de los '80 que protagonizara la también sometida Verónica Castro.