viernes, octubre 30, 2009

Los (no) preferidos y (no) lindos también lloran*


Muchas veces uno vive del engaño, el mismo que sin querer empezó como una mentirita y fue creciendo cual bola de nieve -o ya que están de moda los otakus, cual bola de arroz- hasta volverse una inmensa y gelatinosa falsedad de esas que caben en el más grande de los pyrex (Secretito: antes pensaba que pyrex era una palabra fancy para "tazón de vidrio" y luego me enteré que era una marca. Secretito 2: dado que la palabra bol existe -mutación darwiniana del inglés bowl- investigué si el término pírex estaba acuñado y la respuesta fue no. Ah, lo que no hace falta investigar ni comprobar es que soy una desocupada de nivel olímpico y que encuentro espacio para indagar sobre estas cosas).

Pero sigamos con el engaño que nos tiene aquí reunidos y del que ayer por la mañana nos libramos de un solo tirón, como si de un episodio de cera caliente vs. pierna peluda se hubiese tratado: resulta que yo no soy la favorita de mi abuelita Amanda. O sea, resulta que YO, Laurita Victoria, NO SOY bajo ninguna circunstancia y sobre todo mito LA FAVORITA de la mamá de la Mamita Olga. ¿Cómo es esto posible?  ¿En qué momento se cortó la cadena de frío y simplemente me pudrí? Lo peor de todo es que mi muy sabia abuelita se encargó de sacarme el yeso de los ojos (convengamos que si en 28 años no se me cayó "la venda", claramente tenía yo los ojos enyesados, fracturados desde la esclerótica hasta la córnea. Y sí, ¡todavía me acuerdo de algunas de las partes del ojo! ¿y saben qué otra cosa no me olvido? Que la Miss -ay, la Miss- que enseñó todo esto en el cole siempre usaba un chompón amarillo chillón. Tal vez -con fines académicos- estaba tratando de hacer trabajar a la retina ¿qué sabe uno?).

Ocurrió así:

Clínica Javier Prado, ante-meridiano. La tía Lauris visita a su abuelita preferida a quién le están haciendo un chequeo de rutina. La abuelita preferida está dormida.

Tía Lauris: (susurrando) Abuelitaaaaa... ya llegó tu nietecita preferidaaaa...
Abuelita: (aparentemente no tan dormida) ¿Giselita?
Tía Lauris: (WTF?) Ehm... abuelitaaaa... ya llegó tu nietecita la más bonitaaaa...
Abuelita: (claramente no tan dormida)  ¿Lucía?
Tía Lauris: Ah, bueno. 
Abuelita: (evidentemente despiertísima) Para que te vas pues hijita.


Larga vida y muchos electrolitos para mi Abuelita Amanda. Es la mejor.
Ah, y a mis rivales les digo: WATCH OUT. 


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(*) El título fue sometido a cirugía plástica en homenaje a la emblemática novela de los '80 que protagonizara la también sometida Verónica Castro.

martes, octubre 20, 2009

Divide y reinarás (en el baño)*

Supongamos que me preguntan cómo se divide el mundo y que me dan las siguientes opciones:

a) hombres y mujeres
b) buenos y malos
c) honestos y deshonestos

¿Cuál sería la respuesta?
Simple: ninguna de las anteriores.

¿Por qué? Porque yo, Laura Zaferson (28), pienso que el mundo se divide en 2 grupos:

a) los que cambian el rollo de papel higiénico (gente atractiva, saludable y que todo lo que usa se pone de moda) y,
b) los que no cambian el rollo de papel higiénico (gente que se viste muy feo y que además le huelen los pies).

Tras esta confesión, me atrevo a preguntar:
¿qué le pasa a la otra mitad del planeta en el que nos ha tocado vivir?
No puede ser que haya tanta masa crítica que:

a) se abstiene de ir al baño al ver que falta papel o
b) si logra concretar la empresa épica de conseguir un rollo de papel nuevo, no le alcanza el cuero para romper el siguiente Récord Guinness: ¡reemplazar el cilindro de cartón que quedó en el porta-papel por un degenerado rollo nuevo! (inserte múltiples palmas aquí)

Díganme, amigos de la otra mitad:
¿por qué dejar el rollo encima del tanque del inodoro exponiéndolo a que se moje?
¿por qué abandonarlo a su suerte haciendo equilibrio encima del porta-papel?

¡Cambiarlo toma 1 segundo! (tal vez 5 segundos si se está adormilado, ebrio, bajo el efecto de algún estupefaciente o atacado por insectos, pero no más de five lame seconds)

Yo soy neurótica, jodida, insufrible... una Monica Geller menopáusica, lo tengo claro. Sin embargo, me parece que la mitad a la que represento (y aquí me sentí un poquito abogada ¿vio?) tiene el sacrosanto derecho de que alguien de la otra mitad le explique -aunque sea apenitas- qué está pasando.

Yo digo no más.

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Otrosidigo: a mi no me fastidia cambiar el rollo de papel higiénico. Lo único que quiero saber es qué le aterra tanto a los que no lo hacen.
Otro otrosidigo chusma: mis roommates actuales sí reemplazan el rollo gastado; los de antes no (y no digas que es mentira porque sabes que es verdad. Sí, me refiero a ti ¿cuándo vienes a tomar desayuno? :D).
Otro otro otrosidigo más chusma todavía: muchas de las chicas del trabajo no cambian el papel cuando éste se acabó. Otras -las más lindas- sí. Sobre los chicos, no sé (pero seguramente esos baños masculinos son un muladar).


*La frase fue prestada de "El príncipe" de Nicolás Maquiavelo (esta referencia la pongo sólo por si Alan García lee este blog. Espero que se emocione).

lunes, octubre 12, 2009

(Contra) Golpe de Estado a Venus.

Me gusta cuando me encuentro con algo que escribí hace mucho y mientras lo leo veo que todavía está vigente. Al menos en mi corazón (inserte un "ohhh" aquí). No se trata de un descubrimiento continental en forma de post (ya que estamos Oct-12, dejémonos llevar). Mucho menos de un estudio avalado por la Universidad de North Carolina -a duras penas podríamos responsabilizar al Centro Educativo Inicial "Niño de Praga" por aceptarme en sus aulas a tan temprana edad. Esta listita surgió de tantos años de morir intentando ser mujer, y de resucitar cada vez (estamos con los "ohhh" ¿eh?). Publicado por primera vez el 25/04/2006 (aniversario de bodas de mi hermana Claudia), hoy ha sido re-encauchado para que haga juego con las botas de goma que ilustran el costadito de este papel digital (la foto es del año pasado, el carré de Amelie no existe más).


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Una vez me dijeron: "uno ve a una chica y le toma 2 segundos decidir si le entra o no". O sea, a los hombres a) les gusta la flaca o b) no les gusta la flaca. Con las mujeres, sin embargo, la historia es totalmente diferente. Hay estados.

DEMASIADOS estados.

  • TE INQUIETA: Te das cuenta que existe y te preguntas si será gracioso. No te importa si tiene novia o no. Total, coquetear no es un delito. "Además, yo no me considero coqueta ¿ya?" (Ajá. Gimme a break, would'ya?)
  • TE PARECE LINDO: Aquí ya sabes que él es gracioso y como eres una chica decente, en esta etapa te preguntas si el mentado tiene novia o no. Pero ¡qué diablos si tiene! porque... "no pasa nada" ¿vio?
  • TE ENCANTA: Te ríes de sus chistes aunque no sean graciosos y te das cuenta de cómo arruga la nariz, cómo bosteza ("cute!"), cómo camina y, las más "Monica Geller", miran si se lustró los zapatos o si levanta el meñique cuando toma su bebida espirituosa de turno. Si resulta que el nenito está emparejado, de rato en rato lo maldices y al tiempo te preguntas si la novia "será buena chica" (convengamos que en el "decálogo de la mujer del nuevo milenio", de alguna forma es permisible -previa evaluación del consejo directivo- que le serruches el novio a una "chica mala / celosa / posesiva". Obvio, el mencionado decálogo resulta ser una biblia para las serruchadoras y un panfleto irrelevante para las candidatas a serruche)
  • TE ATRAE: Lo tocas sin motivo (como cuando lo saludas y le sobaste todo el brazo sin querer, oiga), lo rozas o pasas pegada a él ("ay, sorry ¿te toqué?"). A esta altura agarras tu balanza y pones algunas cosas sobre ella: si te toca de vuelta (¿será un vivazo -qué imbécil- o se sentirá solo -¡pobre!-?) y si no te toca de vuelta (¿lo debo tocar más -dame que te doy- o será que si le gusta su novia -chanfle-?)
  • TE GUSTA: Acá viene el sentimiento de culpa, las preguntas retóricas y la tergiversación de las cosas (¿estará con ella por costumbre? ¿me gilea porque le coqueteo o porque sí le gusto? O sea, de hecho que le va mal con la novia... sino ¿por qué me gilea? Porque yo NUNCA he hecho esto antes. En verdad, yo no lo haría si ÉL no lo hiciera. Ay, qué estrés. Voy al baño ¿me acompañas, amigui?).
Y nada, todo esto puede pasar en 1 mes, 1 semana, 1 día... o en una salidita del viernes a la noche. A veces creo que sería más fácil ser hombre, pero luego pienso que si usara calzoncillos -y el huequito que tienen al frente tuviera un sentido útil para mí- pues me perdería de la coqueteada, del "no pasa nada", de la risita, de la rozada (¡oh!) y etc. (siendo el "etc." muy importante).

Así que mejor quedarse viviendo en VENUS ¿no?
(total, le duela a quien le duela, los marcianos nunca se van a acabar)

lunes, octubre 05, 2009

Laurinchi Code.

El otro día meditaba acerca de los códigos que se forman alrededor de una rutina común para muchas personas. Aunque estas leyes son conocidas por todos los que ejercitan el mencionado rito, las mismas no se encuentran redactadas en folios viejos y tampoco talladas en piedra sino que uno puede respirarlas en las calles y en consecuencia conocerlas y respetarlas. Ahora, también existe el derecho de no acatar las reglas y buscarse un lugar distinto para transitar. Descrito así, tan clarito, la vida parece sumergida en una armonía voluptuosa donde todos nos encontramos intoxicados de hachís, viviéndola.

Unfortunately, la vida no es así ¿leyeron? no es así.

O sea, yo pensaba que sí cuando aprendí los códigos del Subte y los incorporé a mi vida. Ahora, me di cuenta que no cuando aparecieron individuos que, no sintiéndose felices con el sistema subterráneo, inexplicablemente siguieron usándolo envés de viajar en auto, colectivo, tren, taxi o sobre sus pinches y mugrosas patas.

Pocas veces conjugo el verbo odiar, pero en verdad tengo sentimientos viscerales y oscuros hacia los violadores del código "Subte", el mismo que sólo consta de 3 pequeños preceptos muy fáciles de seguir:
  1. Si viajas en hora punta, el subte está lleno. Así que por favor no te quejes de la cantidad de gente a tu alrededor. La situación no va mejorar por tus lloriqueos ¿oíste? nada va a ocurrir tras tus lamentos. Esto es verdad, está perfectamente analizado y tengo pruebas: a diario oigo a distintas personas inundadas en un dolor terrible que empieza con "La próxima nos vamos en taxi" (pero nunca se van en taxi) "No vuelvo a viajar así" (y los ves al día siguiente) "Oiga, no me toque" (¿Cómo haría para no tocarte si somos como frijoles en una olla a presión?) "Alguien que me de el asiento" (Estas son las que se hacen a las embarazadas pero en realidad sólo son gordas y perezosas). Ahora, ¿sabes qué cosa NUNCA ha pasado? Que el vagón, el túnel y el cielo se abran -todos al tiempo- para dejar ingresar la mano milagrosa de Cristo a solucionarlo todo. ¡No se llama "hora punta" porque durante ese lapso te meten la mano, maldita sea! En concreto: entre las 8-10am / 12-2pm / 5-7pm, el código te pide que por favor te calles y en lo posible no respires que ocupas más espacio, mijito.
  2. Hay tres formas de salir de una estación de Subte, la primera es el ascensor y está pensado para embarazadas reales, minusválidos, personas de edad con movilidad limitada o padres con muchos niños y bolsas de compras. Si no calzas en ninguna de las anteriores y sin embargo usas este servicio, o eres un vago que no puede subir 1 piso por otros medios o eres un angurriento que desea usufructuar al 8000% el peso con diez centavos que pagó por su pasaje. El código te desprecia. La segunda forma de llegar a la superficie es la escalera eléctrica, la misma que deberás abstenerte de usar si estás apurado. En este caso te recomendamos usar la tercera forma de eyectarte del Subte: la escalera común, la cual -para tu gran beneficio- siempre estará vacía porque todos somos unos viles marranos imposibilitados de subir 14 gradas por nosotros mismos (también hemos pagado nuestro pesito con diez ¿vio?).
  3. Por último, cuando camines para salir o entrar al Subte, "mantén tu carril". Si estás saliendo, pégate a la derecha. Si estás entrando, usa tu izquierda. Por favor no vayas a contramano. Por favor no portes cochecitos de bebé ni maletines de materiales puntiagudos si vas a decidir hacer la del salmón. Y lo más importante: si te desorientaste un poco, piensa que eres un auto en la carretera, salte del carril, estaciónate y saca tu mapa. El código te pide que por favor no saques tu mapa estando en movimiento y frenes en seco para leerlo.
Y es eso.
No es tan complicado.
Así que por favor te pido.
Gracias.


EL COMITÉ.