martes, junio 30, 2009

baby, did you forget to take your meths? (*)

Esto de las metas puede llegar a contrariarme. No se trata de cumplirlas o no, sino de simplemente poseerlas. Y es que uno tiene que anotarse un par de decenas de metas en el cuaderno de la vida para sentir que hay un propósito en nuestra existencia, que no somos unos viles desocupados, unos parias del pensar a futuro, unas personas… (Echemos un respiro) sin metas (¡oh!). ¿Por qué hacemos eso? ¿Por qué tenemos que hacer una lista mental (o escrita) de lo que queremos lograr? Yo no recuerdo bien quién me enseñó a tener metas; creo que todo ese proceso forma parte de lo que nos van diciendo mientras crecemos y, una vez que somos grandes, de lo que nos siguen diciendo o nos empezamos a repetir nosotros mismos. Cuando uno es bebé se le estimula para que ría, diga agú o ponga cara de ratón. Y uno lo hace, o sea, es una pequeña tarea que se cumple pensando inocentemente que después de eso todo termina. Pero no. De ahí uno tiene que agarrar solo la mamadera, luego tiene que probar cítricos o pescado por primera vez, después algún enajenado te propone sentarte y otro vengativo –que pasó por lo mismo y quedó traumatizado- intenta que camines solito o dejes el pañal. Ni que decir cuando uno crece, entra al colegio y pretende tener amigos… it just never ends.

Aunque todo esto es difícil, uno lo termina llevando y de algún modo logrando. Sin embargo, la desgracia llega cuando entramos a trabajar y en nuestro centro de labores nos ponen metas y luego esperan que nos evaluemos sobre ellas. ¡Qué desastre! Las auto-evaluaciones –para que la suscribe- son una tortura china, en verdad prefiero hacerme la brazilian wax en forma de cinnamon roll antes que llenar un formato más de goals and expectations. Pero, pusilánime como soy en este aspecto, igual los lleno, porque… porque no se me ocurre otra alternativa. Además, as far as I know, la brazilian wax existe únicamente en forma de: rectángulo, cuadrado, triángulo, triangulito, corazón y “vaca pastando” (esa en la que el pasto se lo comió la vaca y la vaca se fue al baño -vamos, tú puedes, sino, google it).

A veces quisiera volver a ser niña y mostrar mi pañal seco para que todo esté “logrado” (aunque yo dejé de orinarme como a los 12 años recién jajajajaja). O tener la entereza de mi pequeño sobrino Franco, quien hace poco se estrenó como cinturón blanco en sus primeras clases de karate y fue arengado por el profesor para que se esforzara mucho y así poder lograr la meta de tener un cinturón negro. Franco, que no está interesado en perder demasiado tiempo en nimiedades, decidió pintar su cinto de novel karateca con un marcador indeleble oscuro y, como quien dice, asunto arreglado. En menos de 1 día se hizo cinturón negro. Tal vez me compre una caja de plumones esta semana. Sí, sí, esa podría ser mi nueva meta.



(*) Prestada de Placebo en su canción "Meds", sólo que con un pequeño y pretensioso giro: en lugar de poner "meds" al final de la frase, pusimos "meths" que es el inglés para "metas"... pero no metas de las que hablamos en este post, sino meta-anfetaminas. Ja, ahora que lo pienso, mucha decodificación. Tal vez debería cambiar el título; esa meta va luego de la de los plumones. :)

martes, junio 23, 2009

Tiny Lauris toons (1)

Aunque los motivos son infinitos, lo cierto es que todos guardamos secretos que rara vez compartimos con alguien. Puede ser vergüenza, pudor, temor o quizás dolor. Puede tratarse de algo sórdido –o así lo vemos- algo maléfico que hicimos –o esa idea nos quedó- algo que nuestro entorno no podría creer acerca de nosotros –o tal vez sí, pero nosotros no- en fin, el espectro es enorme y todos tenemos el bolso lleno de perlitas que forman our own personal necklace of shame. El otro día, en una cena con amigos y extraños, se conversaba acerca de un tema común: el amor por los animales. Cuando se trata de este tipo de tópicos, yo suelo caer paradita como gato techero que además tomó clases de equilibrismo pues, por mi dieta, las personas tienden a interpretar que soy vegetariana cuando en realidad como pescado, mariscos, lacteos y huevos (I’m a naughty, naughty girl, you see?). Y, como quien asume y asume poco está loco (yo sé que es "quien pide y pide poco" pero déjame escribir versiones alternativas de los refranes de tu abuelita), los que juran que soy vegetariana afirman además que mi motivación está cimentada por una devoción incontrastable hacia los animalitos. Hmmm... a ver, aquí viene "mi secretito".

A mi me gustan los animales, pero (ya) no tendría uno en casa, por ejemplo. Es un poco como con los niños: los adoro en tanto no sean míos y no tenga que quedármelos. Creo que sería una buena maestra de jardín, una desenvuelta instructora canina, una sagaz conductora de movilidad escolar o una interesante peluquera de canarios (?) pero, por favor, a determinada hora que todos los papás y amos vengan a buscar a sus respectivos. ¿Te vas de viaje y no hay quién pasee a tu labrador? Yo lo hago (y recojo las tortitas que vaya dejando por la vereda). ¿Tienes una cita de amor y no es moralmente correcto pepear a tu hijo para poder salir? Yo te lo cuido.

Pero hasta ahí.

Y eso es. Soy una naturalista trucha, una ecológica sin valores, una save the planet de mis calzones. Soy una rata. Una roedora peliaguda cuyos motivos para no comer casi ninguna carne son absolutamente egoístas y dignos de los escupitajos más terribles por parte de quienes viven con gozo el activismo animal: yo –en adelante, Splinter- no como carne porque siento, pienso y sé que no es saludable para mí. Por favor, queridos blog-leyentes y público en general (?), no me quieran convencer de lo contrario, no me pidan que pare de privarme ni me digan que no entienden cómo puedo sacrificarme "de ese modo". La que suscribe –Minnie Mouse en su versión adaptada para Resident Evil-, no pretende convencer a nadie de que la sigan, ni tiene un flujograma donde se detalle el paso a paso de su proyecto para convertir al mundo en un lugar herbívoro y mejor. No, no. Si los demás quieren comer bifes, pechuguitas y chuletas, pues pídanlos con ají y cebollita que así les sabrán más rico. La carne es deliciosa, súper rica... pero no es, digamos, my cup of tea.

Y bueno, ya que estamos, más secretitos de índole animal:
  • Mi primera mascota fue un pollito que gané en una tómbola escolar. Aunque estaba sano cuando me lo dieron, yo no tengo nada que ver con que a la semana el pobre murió de moquillo.
  • Luego, cuando era chiquita tenía un lorito llamado "Pancho" y cuando pasó a mejor vida, el papito Alfonso lo pasó por el water. A mi corta edad, consideré el hecho como "práctico".
  • Para resarcirme por lo del loro, mi papi me compró unos peces, pero me dio flojera darles de comer y también se fueron por el water.
  • Hubo 2 perros en casa cuyo cuidado fue mi responsabilidad (en sociedad con mi hermano). Aunque ninguno presentó cargos en mi contra, ambos escaparon del hogar samborjino que nos acogía a todos con tanto amor.
  • También tuve 1 tortuga y la convencí de que era un perro. Además, para incrementar su psicosis le puse dos nombres: Antonella y Gertrudix. La tortuga se me perdió por meses... en el jardín de mi propia casa. Luego la Mamita Olga la regaló porque la tortuguita hacía demasiado popó para los estándares que mi mamá consideraba los apropiados para una mascota de prestancia. Esa fue mi última mascota.
  • El otro día, en una cena con amigos y extraños, comí unos ricos ñoquis con salsa de tomate, crema y salchichas. Evil me.
(1) Homenaje a Elmyra Duff, una hermana en esta doctrina loca que consiste en querer a los animalitos hasta asfixiarlos.

viernes, junio 19, 2009

Smelly cat, smelly cat: it is your fault (1)

Creo que he terminado por curtirme en esto de desilusionar a la gente. Pienso que ya no me importa más. Lo peor es que sospecho que todas las personas que se han construido una sobre expectativa acerca de mi, lo han hecho basándose en señales que no mandé bien, códigos que no ejecuté correctamente, detalles que no elaboré lo suficiente y circunstancias en las que me encontré sin ser capaz de explicar el porqué. Conclusión: soy un desastre para el recato, una abanderada del desatino, la emperatriz de la torpeza social.

Pero tampoco es enteramente mi culpa, o sea, a ver, yo tengo la siguiente teoría: cuando yo nací los astros estaban de paro, de huelga de brazos caídos; hoy, amanecer del 10 de enero de 1981 –dijeron- no se alineará Saturno con Júpiter ni habrá constelaciones formando machos cabríos ni balanzas doradas, hoy no trabaja Castor ni Pollux, Acuario no será ascendente en Géminis y Leo no rugirá; hoy no. Si tú, pobre no-nato a punto de ser nato, decides expulsarte de los adentros de tu mamacita a pesar de todo lo que te estamos avisando… bueno, JÓDETE. Y yo nací. It’s a girl. Ahora, no es que tenga mala suerte, lo que ocurre es que soy devota de los eventos desafortunados. En mi entorno, son famosos mis comentarios inapropiados, los cuales, posesa, he repetido dos y tres veces a la misma persona (también a otras, o sea, hay que procurar ser pleno en todo lo que uno hace, no me voy a poner a escatimar).

Es como tomar clases para aprender a usar explosivos, asistir a la lección 1: “cómo activar bombas”, faltar a la lección 2: “Después de activar la bomba, suéltela y CORRA” y a la lección 3: “La bomba explotó con éxito (esperamos que la haya soltado antes de correr). Es una cosa que no se puede creer. Lo bueno, es que tomo con humor estas situaciones (este blog no existiría si eventualmente no me riera de todo lo que me ocurre), sobre todo ahora, que he sido testigo de mi propia epifanía y vi cómo me revolqué en mi propio popó.

Hace poquito, fui a la presentación de la novela de uno de mis profesores. Fue en un bar en Palermo (tomé café con leche y 1 medialuna. Esto va a ser relevante, I promise). Yo estaba (estoy) saliendo de un proceso de sinusitis (no se hagan los sorprendidos; todos sabíamos que mi cabeza no estaba llena precisamente de sesos) y había adquirido una voz nasal, jazzera, blusera, ronera, you name it; la cosa es que me tocó sentar con algunas personas que no conocía, varias de la edad de la Mamita Olga (o sea, suficiente para ser unas DAMAS) y empezamos a charlar: que de dónde eres, que qué haces acá, que dónde trabajas, que qué lindo tu collar, etc, etc. En eso, siendo las 19 horas y en concordancia con el rango etario que me circundaba, procedí a sacar mi pastillero (sólo me faltó ponerme los lentes en la punta de la nariz para leer la recetita; lamentablemente no uso lentes).

Ello causó la pregunta clave: “¿De qué te estás curando?” y la consiguiente respuesta bomba: “De la sinusitis que tengo. No vayan a creer que esta es mi voz chicas, imagínense, sino ya estaría mandando CV a líneas porno y eso”. La punta de mi medialuna podría haber cortado ese silencio (I do have a word), pero no lo hizo, porque yo me encargué. “Igual, en una hotline uno sólo habla, en verdad no hace nada, o sea, nada ilegal ¿me explico? Ehm… pero ya me siento mejor”.

Y lejos, en muchos lugares del mundo, mis seres más queridos sentían un pálpito en el pecho y se preguntaban: “¿por qué, Dios mío, por qué?”


(1) Versión adaptada del ONE HIT WONDER de Phoebe Buffay en "Friends".


2da Aventura coyuntural del pezweon
--------------------------------------

¿quién es este weón on? es el pezweón, pezweón. un pez con un par de testículos rosados que nace de la boca de todos. tú y tus amiguitos lo nombran cada vez que terminan una frase. no, nada. esto no quiere decir que no nade, sino que ¡¡¡no, “nada”!!! no tiene expresión alguna, le pueden pasar muchas cosas y siempre tendrá la misma cara. no sonríe, no llora, no nada, flota. ése es el pezweón, pezweón.


El pezweón llega a ustedes gracias a Carlos Banda y Andrea Tataje.
escríbeles a: elpezweon@gmail.com o visita
la página del Pezweón en Facebook.

lunes, junio 15, 2009

Impossible is nothing

Hoy no se trabaja en la Argentina. Antes, a mi no me interesaba mucho por qué un feriado lo era y pensaba que cualquier día no laborable con el que me cruzara jamás podría resarcirme de la pérdida incalculable que era haberme quedado sin los feriados del 28/29 de julio (la primera vez que tuve que trabajar en plena fiesta patria peruana, estaba impactada, en shock, de mal humor. Yo he trabajado 24 de diciembre, 1 de enero, Semana Santa, pero… ¡¿28 de julio?! Llámenme chauvinista pero me parece obsceno). Este desinterés se mantuvo incólume hasta el feriado anterior al de hoy, donde se celebraba el “25 de mayo”. Yo hablaba por teléfono con la Mamita Olga, felices las dos de poder charlar un lunes por la tarde, algo que no sería posible si fuese un día común. En medio de todo el regocijo que casi nos inundaba, la Mamita Olga me pregunta a qué se debía el feriado en cuestión: “Al 25 de mayo, mami” respondí, segurísima de la plenitud de mi conocimiento. “¿Pero qué pasó el 25 de mayo, hijita?” volvió a preguntar con ese tono tan encantador de maestra de primaria –que la mamita Olga nunca va perder porque además de ser mamá fue “La Srta. Olga” durante 25 años. “Ehm… no sé bien. O sea, está el 25 de mayo y el 9 de julio… o sea, yo creo que es como nosotros que tenemos 28 y 29 feriado, pero acá lo celebran en 2 días bien separados; seguro para sentir que descansan más” (?) volví a responder, manoteando en un océano de ignorancia que me hundía sin clemencia. Evidentemente no la convencí y entonces me dijo: “¿Cómo es posible que vivas en un país y no conozcas sus festividades, hijita?”. Y nada, antes de que me terminaran de calzar las orejas de burro, me defendí diciendo que en la Argentina no todos saben la diferencia entre 25 de mayo y 9 de julio y, para probarlo, mientras tenía a mi madre al teléfono le pregunté sobre el particular a un amigo argentino que estaba justo en casa haciéndole una visita al colocho. “Ni idea”, me dijo primero y luego siguió, un tanto menos chamullero que la que le preguntó “pará, pará, una fecha es cuando se juntaron a decidir que querían ser libres y la otra cuando ya lo lograron, pero no sé cuál es cuál” concluyó. “¿Ves, mami?” dije yo, incomprensiblemente feliz de no vivir sola en el potrero de los asnos. “Yo no sé el resto hijita, pero no es posible que vivas en un país y no conozcas sus festividades”. Así que tuve que investigar.

25 de mayo: La Primera Junta (o sea, cuando se reunieron en cabildo abierto a decir que ya no querían ser colonia). Entiendo que el Perú no celebramos una fecha especial para este tema. O sea, sí hubo cabildo abierto pero no hay una festividad o conmemoración, aunque qué credibilidad tengo yo, así que muchachos en edad escolar, por favor no me tomen de referencia para sus tareas.

20 de junio: Día de la Bandera (que por caer sábado lo adelantaron a hoy lunes 15/06). Este es nuestro 7 de junio y nuestro Bolognesi es el señor Belgrano (aunque este último hizo la bandera pero no murió por ella como lo hizo Francisco... hasta quemar el último cartucho).

9 de julio: Día de la Independencia. Este es nuestro 28 de julio, pero acá nadie dice “Feliz 9” ni “Felices Fiestas Patrias”. Además, el 10 de julio no es feriado. O sea, not cool.

Ahora están todos informados.
En cualquier momento, algún post va a empezar así: Alumnos, saquen una hoja de papel…

martes, junio 09, 2009

Su papá no tenía pipí sino pincel (for dummies)

----------------
Donde dice:
Su papá no tenía pipí sino pincel

Debería decir:
En algún lugar de Colombia, algún hombre de la calle alguna vez le dijo a una mujer: “Su papá no tenía pipí sino pincel”. Con ello, quiso decir que el padre de la criatura debió ser artista para pintarla tan bonito, para hacerla tan cercana a una obra de arte. No conocemos la autoría de este piropo / halago / cumplido, sin embargo lo encontramos divertido.

----------------
Donde dice:
“…como absolutamente todos los hechos que atañen a mi vida, tengo un puñado de culpables…”

Debe decir:
“…como absolutamente todos los hechos que atañen a mi vida, tengo un puñado de culpables, un grupo vasto de culpables, muchos culpables, “culpable” en su formato plural, o sea, más de un culpable ergo más de un cumplido y no uno en particular…”

----------------
Donde dice:

“Como los blog-leyentes deben sospechar (porque son oh, avispados), pienso que mi variedad de ostracismo es tan valedera…”

Debe decir:
“Comparto con los blog-leyentes que mi variedad de ostracismo es tan valedera…”


:-P

domingo, junio 07, 2009

Su papá no tenía pipí sino pincel.

Aunque me gustan los halagos (duh, ¿a quién no?) considero que nunca aprendí a recibirlos correctamente. Cuando era más chica (porque aún no estoy lista para decir “cuando era más joven”), los cumplidos me hacían poner colorada; bah, todavía me pasa esto. Sin embargo, esta pigmentación cereza en mis mejillas no aparece con cualquier tipo de lisonjita (creo que JAMÁS usé esa palabra en mi vida), sino que con todo comentario que sea en realidad un piropo (Uy, me acordé del bomboncito de envoltura roja que vendía D’onofrio -pero no estoy vieja- ¡muy rico!).

Es que yo… soy… tímida. JAJAJA. ¡En serio! Esto puede ser poco creíble para los que me conocen en persona o incluso para los que no y tienen un concepto ya formado de mí (labels, oh labels), pero es verdad. Eso sí, yo no soy el tipo de tímida que no puede levantar la mano para opinar o le cuesta decir lo que piensa o se muere si tiene que hablar frente a mucha gente. No, no. Yo soy la chuncha a la que le da vergüenza si le halagas el cuerpo (esto no me ha pasado, ja), la cara (esto tampoco me ha pasado jaja), el pelo (estoy convencida de que esto jamás me pasará, jajaja), el olor (aunque mi hermana Mónica huela mejor que yo), la elección de ropa (¡esta sí! aunque siempre me queda la duda de si es un “¡qué liiiiiiiindo!” real o un “¡qué liiiiiiiiiiindo! meaning “ay, criatura” jajajajaja) o lo que sea que tenga que ver con el exterior. O sea, cumplidos a “lo de adentro”, bienvenidos y agradecidos; halagos a “lo de afuera” scare the hell out of me. Y es soy una niña huraña en esos casos (¿Yo les había contado que no me sale muy bien decir la “ñ”? Digo algo así como “enie”, pero no como los argentinos que hacen más énfasis en la “i”, o sea, “niniIia huraniIia”; sino más bien como si me hubieran ajustado mucho las ligas de los brackets, o sea, “niNia huraNia” y eso que yo no uso -ni usé, ni usaré, aunque tal vez debiera usar- brackets. Otra cosa, tenemos que empezar a recortar estos “entre paréntesis” ¿vio?).

Como los blog-leyentes deben sospechar (porque son oh, avispados), pienso que mi variedad de ostracismo es tan valedera como la que tienen las conejas de Playboy que salen en revistas y vídeos ataviadas con NADA y luego dicen que tienen pocos amigos porque son muy tímidas. Seguro que estas respetables niñas jamás pudieron exponer en clase o dar discursos o contestarle al payaso lechuguita en su fiestita de cumpleaños. A ellas les digo: I feel your pain, sisters. Además, como absolutamente todos los hechos que atañen a mi vida, tengo un puñado de culpables para esta situación que les comparto: los «ponga su raíz preferida de ocupación aprendida en CENECAPE aquí» -eros. Todo ellos. Camion-eros, panad-eros, jardin-eros, microbus-eros, gasfit-eros (ahora que escribí tantas veces “eros” sentí amooooor. ¡JA! Muy malo el chiste, lo sé) deben cargar en su conciencia la responsabilidad de mis traumas. Espero que sus esposas derramen lejía sobres sus diplomas de egresados y que se les seque el falo como orejón de durazno en bolsa de yute del mercado. Damn you all madafacas! :)




FYI:
CENECAPE significa Centro educativo no estatal de capacitación profesional no especializada. (La mamita Olga, junto con algunas otras Damas de San Borja, aprendió a coser en uno de estos lugares. Por ello, sé que las chicas que van a los Cenecapes son lindas. Los chicos son todos feos, boca de caño y huelen a pedo)