No lo toledo
Aunque hace un par de años que mi defecto favorito es ser desatinada, esta semana me he sentido con el ánimo de aceptarme como intolerante y quererme un poco más por ello (Igual, sigo pensando que para practicar el desatino de manera sostenida hay que poseer un toque de elegancia o, inventemos un término, caradurismo intenso <--- meaning: give me some credit). Y es que yo he vivido engañada mucho tiempo. O sea, yo miento, pero me cuesta mucho hacerlo y, cuando lo hago, es porque previamente he comprado mi mentira. Es decir que cuando me hallo ejercitando el oficio ladino de la falsedad, la realidad es que no considero que lo que digo sea mentira dado que yo me lo he creído previamente ¿me explico? (¿no? bah, como si alguna vez lo hubiese hecho)
¿Que por qué digo que mi vida ha sido un transitar de embustes y timos? Pues porque yo siempre pensé que era una mujer tolerante y lo cierto es que, aminorando las cosas, soy una tolerante selectiva (había elegido selectively tolerant pero luego pensé "no seas atorrante"). A ver: yo tolero las excentricidades de la gente y, siendo brutally honest -acá si me provocó la atorrantada- me llega si mi excentricidad no es tolerada. Pero qué pasa; mientras que me tienen sin cuidado las rarezas de grueso calibre -supongamos, una mortadela- me provocan salpullidos múltiples algunas particularidades bastante comunes -inventemos, un cabanosi.
Por ejemplo 1: las personas que no saben usar el Lotus Notes. (Los lectores de este blog deberán tener asumido que el Lotus Notes es un castigo divino que algún heroinómano inventó en la cúspide de su séptimo año de vacas flacas. Es una desgracia que muchas empresas adoptan como correo electrónico de compañía y que, personalmente, me ha perseguido a lo largo de prácticamente toda mi carrera profesional). A ver, ¿por qué inventamos la opción "reply with attachments"? Acaso es para arruinarme la vida y hacer que explote mi casilla de correo con toda la gente que me reenvía lo que yo les envié previamente? ¿es que acaso esa alternativa ocasiona un placer orgásmico del que claramente no estoy participando? ¿eh? ¿EH?
Por ejemplo 2: que Thalía se filtre en los avisos que aparecen en este blog. Ehm, yo odio a Thalía. La detesto más que a Arjona y más que al olor de sobaco ajeno (convengamos que el propio jamás ha olido y ahora mismo deberían estar envidiando mi fascinante ph muy pero muy balanceado). Yo sé que existen formas de bloquear determinados avisos y bla, bla, bla. Pero mi desprecio por esta muchacha me impide invertir 1 segundo de mi vida en ponerme a obstruir que su publicidad aparezca en los alrededores de esta pequeña bitácora.
Conclusión: no me importa si te pintas el pelo de verde cocodrilo o si tu mascota es un mandril con dos penes. Pero si me vuelves a reenviar archivos adjuntos de 5mb o si tarareas "amarillo azul", yo te voy a hacer daño. Estás avisado.
¿Que por qué digo que mi vida ha sido un transitar de embustes y timos? Pues porque yo siempre pensé que era una mujer tolerante y lo cierto es que, aminorando las cosas, soy una tolerante selectiva (había elegido selectively tolerant pero luego pensé "no seas atorrante"). A ver: yo tolero las excentricidades de la gente y, siendo brutally honest -acá si me provocó la atorrantada- me llega si mi excentricidad no es tolerada. Pero qué pasa; mientras que me tienen sin cuidado las rarezas de grueso calibre -supongamos, una mortadela- me provocan salpullidos múltiples algunas particularidades bastante comunes -inventemos, un cabanosi.
Por ejemplo 1: las personas que no saben usar el Lotus Notes. (Los lectores de este blog deberán tener asumido que el Lotus Notes es un castigo divino que algún heroinómano inventó en la cúspide de su séptimo año de vacas flacas. Es una desgracia que muchas empresas adoptan como correo electrónico de compañía y que, personalmente, me ha perseguido a lo largo de prácticamente toda mi carrera profesional). A ver, ¿por qué inventamos la opción "reply with attachments"? Acaso es para arruinarme la vida y hacer que explote mi casilla de correo con toda la gente que me reenvía lo que yo les envié previamente? ¿es que acaso esa alternativa ocasiona un placer orgásmico del que claramente no estoy participando? ¿eh? ¿EH?
Por ejemplo 2: que Thalía se filtre en los avisos que aparecen en este blog. Ehm, yo odio a Thalía. La detesto más que a Arjona y más que al olor de sobaco ajeno (convengamos que el propio jamás ha olido y ahora mismo deberían estar envidiando mi fascinante ph muy pero muy balanceado). Yo sé que existen formas de bloquear determinados avisos y bla, bla, bla. Pero mi desprecio por esta muchacha me impide invertir 1 segundo de mi vida en ponerme a obstruir que su publicidad aparezca en los alrededores de esta pequeña bitácora.
Conclusión: no me importa si te pintas el pelo de verde cocodrilo o si tu mascota es un mandril con dos penes. Pero si me vuelves a reenviar archivos adjuntos de 5mb o si tarareas "amarillo azul", yo te voy a hacer daño. Estás avisado.