Sinceridad, bruta.
Hoy por la mañana estaba tarde. (Yo siempre estoy tarde porque nunca tengo monedas para el colectivo y, cuando las tengo, el sr. Colectivero no pasa. Y sí, cuando la Tía Lauris llega tarde… LA CULPA LA TIENEN LOS DEMÁS). En casa no habíamos comprado leche para tomar desayuno y tocó improvisar algo veloz para no ir a trabajar con la panza vacía (Básicamente por esto de “Desayuna como rey…”). Entonces, aproveché la llegada celestial de unos amigos de Perú (y digo celestial porque, además de traerse a ellos mismos… trajeron productos golosinarios de mi patria!!) y tocó comer Gansitos camino a la parada del colectivo. ¿Qué pasa cuando uno come Gansito y camina? Bueno, lo que pasa es que la gente promedio se mancha. Yo no. (La verdad se me hizo un lunarcito de chocolate, pero nada más). Y bueno, terminé el Gansito y, como corresponde, boté la envolturita a un tachito de por ahí (Como era una “envolturita” tocaba botarla en un “tachito” pues). ¿Qué más? Jajaja, ya me olvidé que iba a contar. ¿Eh? Ah, ya. Con la monedita en la mano, esperé el colectivo “de cartelito verde” con mucha paciencia (Sólo puedo tomar el de cartelito verde… si tomo el de cartelito rojo QUIEN SABE a donde me lleve y suficiente tenemos con pasarnos el paradero todos los días, ok?). Una vez que llega el colectivo, mi lunarcito de chocolate y yo lo abordamos (Antes de subir, teníamos 2 lunarcitos de chocolate, el primero lo limpiamos y del 2do no nos habíamos percatado. Y sí, hablaré en plural hasta el final de mis días. DÉJAME). En el colectivo me tocó asiento, en realidad casi nunca me siento porque sobre mí hay una maldición gitana específica: Tomo asiento e inmediatamente sube una viejita o una embarazada o una señora con 23 bultos y una nubecita con la Mamita Olga aparece y me toca ceder el sitio, pero esta vez me senté porque había varios lugares. En la siguiente parada sube un niño, de unos 12 años o de pronto menos, y se sienta a mi lado. El chico me mira y después de dudarlo un poco me dice: “Limpiáte che, tenés chocolate en la cara”. Lo miro, me río y me paso la mano por la cara buscando el pedazo de chocolate indicado. Con la cara relamida y renovada, vuelvo a mirar al chiquillo y le hago gestos como para que me indique si ya tengo el rostro limpio y el púber me dice: “Y, ya está". Le agradezco y acto seguido me pregunta: "¿Vas para casa?". Curiosa respondo preguntando "¿Por?". Y él, encantadoramente salvaje me dice: "Y, qué se yo. Te podés lavar la cara llegando, che"
Y nada, tuve mi dosis de mi misma esta mañana.
13 comentarios:
Jaaaaaaaaa!
Solo en Bs As puede alguien ser tan "cruel"!
Que barbaro!
Entonces para que te pidió que te limpiaras?
ese, vaya futuro que le espera
y no se zafer, yo digo que hubieras podido contestarle al pibe: " Y... te podés lavar el q... llegando, che (tu)"
jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
la cagada el chibolo!
Le habrás pedido su cel mínimo.
Nos leemos.
Que cruel el chucky!!
ja! La mas gorda! Ni bien termine de leer este post... me fui a comprar un gansito jajaja...
No me parece cruel, sincerote nomás. Un abrazo
veris... es más como salvaje no? :-p
chebas... es que uno puede ser amable pero agreste. yo soy así. :)
mu... es un lauris. :D
noseasloco... jajaa, nah.
Ytala... jaja... y si.
pere... obvio, que chibolo para sexy. jaja.
nelly... nah... solo salvaje.
lia... es ricooooooooooooo no???
mafa... eso mismo pienso yo igualita querida. :)
Simplemente genial, jajaja!!!
Aunque no te conozco personalmente, me imagino perfectamente la escena y... no puedo parar de reír!!!!
Simplemente genial, jajaja!!!
Aunque no te conozco personalmente, me imagino perfectamente la escena y... no puedo parar de reír!!!!
JAJAJAJA, ME HE REIDO IMAGINANDO EL MOMENTO...
TE CUIDAS.
Publicar un comentario