Chisme, chusma y run run (I ain't no gossip girl)
El subte estaba interrumpido y me tocó volver en colectivo del trabajo. Mientras la mayoría de gente reniega con estas cosas, yo celebro mis paseos en omnibús porque me dan oportunidad de leer con mayor comodidad o, en todo caso, mirar por la ventana y ver a las personas realizar las tareas más diversas. Y nada, faltando 10 cuadras para la parada en la que tenía que bajar, decido descender del colectivo y caminar (era un bonito día). Al cruzar la calle, veo cómo una señora mayor se tropieza para luego caer en la vereda frente a la mía y, lógicamente, cruzo para ayudarla a ponerse de pie. La levanto. Me agradece. Le consulto si está bien y si quiere que llamemos a alguien. Me dice que no, que gracias y complacida (pero tembleque) sigue su camino. Yo hago lo mismo. De pronto, otra señora -que empujaba un cochecito en el cual llevaba a un ¿perrito? con un peinado de dos colitas (?)- me pregunta qué pasó. Escuetamente, le digo: "La señora se tropezó y la ayudé a pararse". "¿Pero qué le pasó? ¿cómo se cayó?" insistió la mujer. "No sé cómo fue señora. Yo sólo vi que se cayó y la ayudé a levantarse" le dije. "¡Pero qué desidia la de los jóvenes!" replicó la enjuta dama y yo no dije nada porque ultimamente me estoy topando en las calles con demasiada gente desconocida que me tiene horas enfrascada en conversaciones interminables. Y seguí caminando, pensando en por qué la gente siempre quiere saber lo que le pasa al resto. Luego, mi pensamiento migró a analizar si en verdad era yo un ser indiferente al dolor ajeno y si sólo me contentaba con cumplir mi cuota de civismo levantando del piso a 10 ancianos por año y ya (Esta cifra podría subir a 15 si continúan las lluvias en Buenos Aires). O sea, se me arruinó la caminata. Maldito el subte averiado y malditas las señoras que le hacen peinados de humano a sus mascotas. Pero sobre todo, malditos mis pasadores porque en plena introspección personal -castigo divino o imbecilidad humana- me caí.
Vigésimo Cuarta Aventura del Pezweón
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es el pezweon, pezweon
un pez con un par de testículos rosados que nace de la boca de todos
tú y tus amiguitos lo nombran cada vez que terminan una frase
no, nada. Esto no quiere decir que no nade, sino que no “nada”!¡¡
no tiene expresión alguna
le pueden pasar muchas cosas y siempre tendrá la misma cara
no sonríe
no llora
no nada
flota
ése es el pezweon, pezweon
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