Humildad sobrina, humildad.

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A mis sobrinos les encanta, fascina y aloca meterse a mi cuarto los fines de semana, sobre todo porque de lunes a viernes no nos podemos ver mucho. El sábado Noelia entró a despertarme a las 10:30 de la madrugada ataviada con el último alarido de la moda infantil, el cual le habían regalado en su más reciente cumpleaños, que fue un evento de mucha prestancia con niñas cargando a sus ñañas y tomando el té con galletitas (Cualquier parecido con los eventos que organiza la Tía Lauris con sus amigas... es pura coincidencia). Lo interesante de la intromisión mañanera (Iba a escribir "intromisión mañanera a las que estoy acostumbrada", pero re-leí y sonó muy mal. A parte, colocar una tan lamentable mentira es un irrespeto con los blog-leyentes). Bueno, estabamos en lo interesante de la llegada de Noelia a mi cuarto, más allá de su look de tendecia última. Ella, como los demás chicos, tienen la costumbre de hacer un minitour por mi cuarto (y acá te imaginaste que la tía lauris vive en una mansión donde los cuartos son inmensos no? Nunca tanto pues hija, tampoco.), y en medio de ese paseo, Noelia se detiene a preguntar... sus preguntas de siempre.

N: Tía Lauris, te digo una cosa, por qué tienes estas medallas aquí?
TL: Lo que pasa es que cuando estaba en el cole yo jugaba ajedrez y cuando ganaba me daban una medalla.
N: Y ganaste un muchas veces?
TL: Algunas veces ganaba y me daban medallas. Otras veces perdía y no me daban nada.
N: Tía Lauris, te digo una cosa, no importa ganar o perder, lo importante es cuanto te esforzaste.
TL: ...
N: Tu te esforzaste?
TL: Bueno, si.
N: Muy bien!

Esta foto de de Noelita cuando tenía 3 años. Hace poquito cumplió 6. :)