Tres cuestiones tres (*)
Dicen que la distancia es el olvido, pero en este blog claramente no concebimos esa razón (es pertinente comentar que nos agrada la versión de La Barca que hace Luis Miguel. Listo, lo escupimos: los cuadríceps se nos tornan trémulos cuando pensamos en El Sol). Y es que por más que yo dejé el nido familiar hace varios años, no he logrado despercudirme de las viejas mañas aprendidas en él; y ahora que he retornado a esta residencia samborjina convivo con el diario darme cuenta de que la mamita Olga mantiene intactas sus particularidades y, si acaso, las ha potenciado llevando el término reloaded a un nivel impensado, prodigioso; vamos, altamente diestro.
Cuestión 1, la mamma mía ejercita su incorrección política con la furia de un adolescente urgido. El otro día me preguntó si yo me inventaba este blog. No madre, cómo crees. le dije. ¿Entonces quién es el que te dejó la marca en el cuello a los 21 años? me sorprendió. Ay, mami. ¿qué te importa? repliqué ensayando frescura. Yo creo que es fulanito, sino también puede ser menganito. tentó, vivísima. Ja, te veo bastante aplicada Olguita ¡bien! (Los que me han gozado -¡epa!- dirán que soy caradura al sacar al frente de esta forma a la mujer que me ha dado de lactar; así que para quedar even con ella les cuento una mía de la que no dejo de reírme: hace como 4 años salía con un chico al que le dije que el grado de summa cum laude me parecía de lo más pretencioso. Hace poquito y a través de linkedin -mira qué moderna tu tía Lauris- me enteré que aquel querídismo tenía ese laurel académico. Mamita, ¡no hay duda que soy tu hija!)
Cuestión 2, ¿qué onda el teléfono inalámbrico nómade? A ver, entiendo el concepto "sin alambres" y que qué lindo. No obstante, aún pienso que el aparato este debería procurar estar colocado en el dock cuyo espíritu es precisamente ese: ¡contener el teléfono! Supongo que tras años de sentirse encadenada a la pared por culpa de las primeras versiones del invento de don Graham, hoy en día mi mamá se permite la obscenidad de pasearse por la casa en un charle que te charle que pareciera no tener fin, pero que cuando lo tiene nos deja como corolario que el aparato telefónico aparece en el baño, en el jardín o en las escaleras. Nunca le den un bluetooth a mi mami que estoy segura que sale calata a la calle. (Call it even #2: hace poco salí en toalla al balcón de casa y tenía el celular entre el hombro y la cabeza. Al levantar el brazo para colgar la toalla de mano ¡zaz! se me cayó la del cuerpo. Quedé desprovista de toda prenda y a la intemperie. Eso sí, el celu ni se movió y la persona con la que hablaba nunca supo que al otro lado de la línea había una chica desnuda)
Tengo una cuestión 3, pero soy marica y no la soltaré. Convengamos que la mamita Olga me echaría a patadas de la casa y en ese caso no podría acogerme al refrán del que me colgué para volver a este hogar: quien se va sin que lo boten, regresa sin que lo llamen. Perdonen la tristeza (**).
(*) El título capicúa hace referencia a la foto que ilustra este post, la misma que ha sido tomada del Facebook una muy querida ex-conviviente. Detalle curioso: las 3 formas de hacer el número 3 con las manos corresponden, en sentido horario, a Brasil, Argentina y Perú. ¿Qué interesante no?
(**) Vamos César Vallejo, todavía.
Cuestión 1, la mamma mía ejercita su incorrección política con la furia de un adolescente urgido. El otro día me preguntó si yo me inventaba este blog. No madre, cómo crees. le dije. ¿Entonces quién es el que te dejó la marca en el cuello a los 21 años? me sorprendió. Ay, mami. ¿qué te importa? repliqué ensayando frescura. Yo creo que es fulanito, sino también puede ser menganito. tentó, vivísima. Ja, te veo bastante aplicada Olguita ¡bien! (Los que me han gozado -¡epa!- dirán que soy caradura al sacar al frente de esta forma a la mujer que me ha dado de lactar; así que para quedar even con ella les cuento una mía de la que no dejo de reírme: hace como 4 años salía con un chico al que le dije que el grado de summa cum laude me parecía de lo más pretencioso. Hace poquito y a través de linkedin -mira qué moderna tu tía Lauris- me enteré que aquel querídismo tenía ese laurel académico. Mamita, ¡no hay duda que soy tu hija!)
Cuestión 2, ¿qué onda el teléfono inalámbrico nómade? A ver, entiendo el concepto "sin alambres" y que qué lindo. No obstante, aún pienso que el aparato este debería procurar estar colocado en el dock cuyo espíritu es precisamente ese: ¡contener el teléfono! Supongo que tras años de sentirse encadenada a la pared por culpa de las primeras versiones del invento de don Graham, hoy en día mi mamá se permite la obscenidad de pasearse por la casa en un charle que te charle que pareciera no tener fin, pero que cuando lo tiene nos deja como corolario que el aparato telefónico aparece en el baño, en el jardín o en las escaleras. Nunca le den un bluetooth a mi mami que estoy segura que sale calata a la calle. (Call it even #2: hace poco salí en toalla al balcón de casa y tenía el celular entre el hombro y la cabeza. Al levantar el brazo para colgar la toalla de mano ¡zaz! se me cayó la del cuerpo. Quedé desprovista de toda prenda y a la intemperie. Eso sí, el celu ni se movió y la persona con la que hablaba nunca supo que al otro lado de la línea había una chica desnuda)
Tengo una cuestión 3, pero soy marica y no la soltaré. Convengamos que la mamita Olga me echaría a patadas de la casa y en ese caso no podría acogerme al refrán del que me colgué para volver a este hogar: quien se va sin que lo boten, regresa sin que lo llamen. Perdonen la tristeza (**).
(*) El título capicúa hace referencia a la foto que ilustra este post, la misma que ha sido tomada del Facebook una muy querida ex-conviviente. Detalle curioso: las 3 formas de hacer el número 3 con las manos corresponden, en sentido horario, a Brasil, Argentina y Perú. ¿Qué interesante no?
(**) Vamos César Vallejo, todavía.